«LA FAMILIA DE LA TELE» SE TAMBALEA: HUMO, BRONCAS Y REUNIONES DE URGENCIA EN RTVE

Lo que empezó como el nuevo buque insignia de las tardes en La 1 se ha convertido, en menos de una semana, en un incendio mediático con varios frentes abiertos. 

La familia de la tele prometía aire fresco, rostros conocidos y una televisión pública más cercana, pero la realidad es otra: audiencias en picado, polémicas internas y hasta reuniones de urgencia en RTVE para decidir si apagan la luz antes de tiempo.

El estreno ya fue tibio, pero el desplome en días posteriores ha sido de manual. El público, simplemente, no se ha enganchado. Y mientras La promesa revienta los datos con su media habitual, un 15%, su envoltorio magacinero parece estar espantando a la audiencia a pasos forzados.

Pero no todo es cuestión de números. La estrategia de calentar al espectador con cebos falsos y promesas de visitas institucionales que nunca llegan ha empezado a oler raro. Muy raro. Lo que parecía un guiño al estilo Sálvame ha terminado generando más confusión que expectación. RTVE se encuentra ahora en tierra de nadie: demasiado informal para los suyos, demasiado blando para los nostálgicos del show.

Y como si faltara leña, Belén Esteban, sí, la mismísima, no tardó en alzar la voz: «me quiero ir del programa».

¿Y ahora qué? Pues ahora hay nervios en Torrespaña. RTVE ha convocado una reunión de urgencia para evaluar los costes que supondría cancelar el programa antes de lo previsto. Porque sí, se baraja ya la opción de cortar por lo sano si la cosa no remonta. Y con los datos actuales, la remontada parece tan probable como ver a Chicote presentando los Goya.

La familia que prometía hacer historia está, de momento, protagonizando un caso de estudio sobre cómo no lanzar un formato nuevo. Entre el humo, los cebos y los cambios de ritmo, la única constante parece ser la incertidumbre.

En resumen: la tele pública buscaba conectar con el espectador. Pero de momento, lo que ha conectado es el botón del mando… hacia otro canal.