EL TRUCO QUE NADIE TE CONTÓ PARA QUE TU PIEL SOBREVIVA AL VERANO

Cuando llegan las vacaciones, todos pensamos en desconectar… menos la piel. Ella no se va de vacaciones. Sigue enfrentándose al sol, al cloro, al sudor, al aire seco o al frío de montaña. Y si no le prestas atención, lo notarás. Mucho.

La buena noticia es que hay forma de evitar volver de tu viaje con la piel peor que una resaca de Ryanair, y no requiere llenar la maleta de productos ni pasarte el día encerradx en el baño. Sólo hace falta una cosa: adaptar tu rutina al destino.

¿TU PIEL VA A LA PLAYA, A LA MONTAÑA O AL DESIERTO?

No es lo mismo pasar una semana en Menorca que en los Alpes. El clima, la humedad, la altitud o el tipo de exposición solar tienen efectos diferentes sobre tu piel. Y según los expertos, eso se traduce en una palabra: personalización.

Hidratantes más ligeras para climas cálidos, cremas más densas para el frío. Antioxidantes si vas al sol, calmantes si vas al viento. ¿La clave? Escuchar lo que tu piel necesita según el lugar al que vas.

EL RITUAL DE BELLEZA NO SE NEGOCIA

Vacaciones no significa descuido. Y si tienes más tiempo libre, es precisamente el momento ideal para mimarte un poco más. La limpieza facial no se salta, el sérum no es opcional y la mascarilla calmante se convierte en tu mejor amiga después de una jornada de playa, deporte o mojitos al sol.

¿El truco? No improvises. Lleva en tu neceser productos que realmente sirvan para el entorno en el que vas a estar.

¿UN SOLO BOTE PARA TODO? ERROR.

Parece tentador meter un «todo en uno» en la maleta para ahorrar espacio, pero si quieres resultados de verdad, no es lo ideal. Cada producto tiene su función. Un limpiador que respete tu piel, una loción que la equilibre, un protector que no la asfixie… No es cuestión de cantidad, sino de saber elegir bien.

EL RESUMEN: VACACCIONES SI, DESHIDRATACIÓN NO

Tu piel te acompaña a todas partes. Da igual si vas al festival más sudoroso del verano, a una isla remota o a hacer senderismo por el norte: si la cuidas antes, durante y después, volverás con recuerdos, no con brotes.

Tu piel no se va de vacaciones. Pero puede disfrutar contigo si la cuidas como se merece. Y ese es el verdadero secreto de los rostros que sobreviven al verano con nota.