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MONICA NARANJO CUENTA COMO FUE SER LA PRIMERA PRESENTADORA DE LIDLT: «PENSÉ QUE ME IBAN A PEGAR»

Anoche en La RevueltaMónica Naranjo se sinceró como pocas veces sobre lo que supuso para ella ser la primera presentadora de La Isla de las Tentaciones. Lo que parecía un sueño televisivo terminó convirtiéndose en una experiencia dura, con más presión y angustia de la que muchos imaginaban.

UNA EXPERIENCIA QUE NO ERA LO QUE PARECÍA

Mónica reveló que el trampolín de presentar un formato tan mediático vino acompañado de presión desmedida, juicios implícitos y expectativas que sobrepasaban cualquier guion. Dijo que se sintió “observada desde todos los ángulos”, con miradas que juzgaban su outfit, su actitud, su voz… incluso antes de que el programa arrancara de verdad.

La famosa diva confesó que hubo noches de insomnio, angustia y dudas: “¿Estoy a la altura?”, “¿seré juzgada?” fueron frases que resonaban en su mente. No lo contó para victimizarse, sino para mostrar esa parte despiadada del mundo del entretenimiento que muchas veces se oculta detrás del brillo televisivo.

PRIMERA EDICIÓN, PRIMERAS HERIDAS

Cuando aceptó presentar la primera edición del reality, Mónica sabía que entraba en territorio desconocido. Las parejas que llegaron a República Dominicana no tenían ni idea de lo que les esperaba: engaños, exhibiciones, tentaciones ocultas. Y ella debía ser esa voz neutra que guiaría el caos.

Pero no todo fue glamour: en momentos como las hogueras, cuando los miembros de la pareja debían ver imágenes comprometedoras, ella confesó que pensó que su seguridad podía peligrar. Dijo que vio miradas que la intimidaron, escenas sorprendentes que no sabía cómo gestionar… y un instante en el que pensó “me iban a pegar”. Eso, delante de cámaras.

CUANDO TU TRABAJO ES ENSEÑAR CUÁNDO TE ESTÁN PONIENDO LOS CUERNOS

La artista reveló que uno de sus roles más incómodos era enseñarles a los concursantes, sin filtros, lo que hacían sus parejas con los tentadores. Imagina la escena: imágenes íntimas, traiciones incipientes, sentimientos explotando… y tú, al frente, con el botón del control remoto y la conciencia de que tienes que mostrarlo todo.

Dijo que en esa edición inicial los participantes “iban perdidos”, casi con chip de ingenuidad. Que no sabían a lo que se sometían. Y que detrás de la pantalla ella lo sufrió tanto como ellos. Que no bastaba con posar, había que sostener escenas que marcarían la memoria colectiva del reality en España.

(S)TALKEANDO