Mercedes Milá nunca ha sido de quedarse callada cuando algo le remueve por dentro, y esta vez no ha sido la excepción. La histórica presentadora ha publicado una carta abierta dirigida a Montoya, uno de los concursantes más comentados de la última edición de Supervivientes, que ha generado preocupación tras su enigmática “desaparición” de la vida pública después del reality.
Lejos de la televisión, Montoya se ha apartado del foco mediático. Se habla de problemas de ansiedad y de una decisión voluntaria de desaparecer para proteger su salud mental. Ante esta situación, Mercedes Milá, con su estilo directo y humano, ha querido tenderle la mano con unas palabras llenas de cariño, advertencia y comprensión.
En su carta, Mercedes recuerda cómo, cuando presentaba Gran Hermano, sentía a los concursantes casi como una responsabilidad suya, incluso una vez fuera de la casa. Esa misma sensación la ha llevado ahora a escribirle a Montoya, a pesar de que no se conocen en persona, pero habiéndose sentido interpelada por las palabras que él le dedicó en la final del concurso.
“Querido Montoya, escuché arrobada cómo te dirigías a mí en la final de SV dándome gracias y diciéndome que me querías ‘al son de tus pechos’. Pensando en esas palabras me atrevo a escribir esto.”
Mercedes no se anda con rodeos y lanza su teoría: que Montoya no ha desaparecido porque sí, sino para salvarse de un ataque de ansiedad. Reconoce que puede entenderlo perfectamente y le aconseja rodearse solo de los suyos, de quienes realmente lo quieren y no buscarán aprovecharse de su fama recién adquirida.
“Ellos no se aprovecharían nunca de tu ‘fama’ ni pensarían que ahora es el momento de sacar partido a tu ‘personaje’, o eso creo yo”, le dice, advirtiéndole de las trampas del mundo de la televisión: la adulación, la construcción de un personaje, las expectativas imposibles. Le habla con honestidad sobre cómo los medios pueden pintarlo como “el ganador robado” o como “un chaval llorica y egoísta que no ganaba ni una prueba”, pero le recuerda que, para ella, él ofreció algo mucho más valioso: emoción y verdad.
Mercedes cierra su carta con un deseo genuino: que Montoya se cuide, se deje aconsejar y pueda ser feliz. Porque, en sus palabras, él se ha ganado el respeto y el cariño de muchos espectadores que no van a olvidarlo.
Un gesto lleno de humanidad, tan característico de Milá, que recuerda que más allá del espectáculo hay personas de carne y hueso. Y en Stalkeando estaremos atentos a ver si estas palabras llegan a Montoya… y ojalá lo ayuden a encontrar la calma y la felicidad que tanto ansia.
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