Dos semanas después de hacer pública su ruptura tras once años de relación, Kiko Rivera e Irene Rosales han vuelto a aparecer juntos en escena. No fue un reencuentro romántico, sino un gesto lleno de normalidad y compromiso familiar: acompañar a su hija Ana en su primer día de colegio.
POR EL BIEN DE SUS HIJAS
Las primeras imágenes de la ex pareja después de su separación confirmada son, sin duda, poderosas. Caminando por Castilleja de la Cuesta (Sevilla), entraron juntos al colegio, ambos con gafas de sol, pendientes de su hija de nueve años. Kiko le puso el brazo en el hombro, mientras Irene la sujetaba de la mano en uno de los gestos más icónicos del día. Tranparentes, sin tensión y, sobre todo, unidos por su papel como padres.
Era un reencuentro marcado por lo que ambos dijeron con claridad en su comunicado: a pesar del fin de su etapa como pareja, “siempre serán familia” y lo que más importa es el bienestar de sus hijas. Ese lazo no se rompe con una separación.
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