UN VERANO PARA SABOREAR RECUERDOS EN EL PUERTO DE MÁLAGA

En pleno Muelle Uno, el restaurante de José Carlos García se prepara para un verano muy especial. Lejos de modas pasajeras o experimentos incomprensibles, la propuesta de esta temporada suena a homenaje sincero: volver a sus grandes éxitos y darles una vuelta para que sigan sorprendiendo.

Tras casi 14 años cocinando frente al mar, el chef malagueño (con una estrella Michelin y dos Soles Repsol en su haber) ha decidido mirar atrás para reinterpretar algunos de los platos que mejor resumen su cocina. Porra con anguila ahumada, ajo blanco revisitado o buñuelos de caviar se suman a un desfile de clásicos renovados que buscan algo más que el efecto “wow”: quieren despertar recuerdos.

La idea es sencilla, pero efectiva: dos menús degustación —uno más centrado en su trayectoria y otro en producto local— para que el comensal elija su aventura. Y todo sin renunciar a esa visión personal que combina técnica, producto de proximidad y mucha memoria.

Pero no todo es mantel largo y sala impecable. Este verano también regresa la terraza de champagne con vistas al Mediterráneo, pensada para los que prefieren algo más relajado pero igual de cuidado. Un plan perfecto para las noches malagueñas, con la Alcazaba iluminada y una copa bien fría en la mano.

Entre recuerdos culinarios, espacios con personalidad —desde la cocina vista hasta la terraza frente al mar— y un libro recién publicado que recopila 30 años de oficio, José Carlos García parece decidido a reivindicar la cocina como algo más que platos bonitos: un ejercicio de honestidad, raíces y celebración.

Para quien busque experiencias con alma, este verano en el Puerto de Málaga se sirve en bandeja.