La influencer italiana Chiara Ferragni está en el punto de mira de la Justicia: la Fiscalía pide un año y ocho meses de prisión para ella, acusada de estafa agravada.
Al centro del escándalo está una campaña promocional de bizcochos navideños (“pandoros”) y huevos de Pascua, que aseguraba que parte de los beneficios se destinaría a un hospital pediátrico. Pero según la acusación, esa donación ya estaba pactada de antemano, lo que rebaja su carácter altruista y cuestiona la transparencia del proyecto.
Se estima que Ferragni habría obtenido un beneficio de más de 2 millones de euros con esta operación. Por su parte, su defensa sostiene que actuó de buena fe y que no hubo intención de engaño, sino simplemente una mala interpretación de cómo se presentaba la campaña.

Además, Chiara ha optado por un procedimiento abreviado, lo que podría reducir la pena en caso de que finalmente sea condenada.
Este escándalo no solo es un problema legal para ella, sino también un golpe reputacional enorme: su marca personal, su imagen de “influencer con propósito” y su imperio digital se ven sacudidos. Al mismo tiempo, abre un debate poderoso sobre la ética en las campañas benéficas impulsadas por figuras con mucho poder comercial.
Si la condena se materializa, podría marcar un aviso serio para otros creadores que mezclan contenido de marca con causas sociales: la línea entre el marketing y la solidaridad se vuelve peligrosamente fina.
También te puede interesar
-
ROSALÍA DESLUMBRA EN THE TONIGHT SHOW DE JIMMY FALLON: PALMAS, IDIOMAS Y MAGIA
-
HILARY DUFF VUELVE A LA MÚSICA Y MARCAR NUEVA ETAPA
-
“EL DIABLO VISTE DE PRADA 2”: NOS HAN DADO UN AVANCE Y NO PODRÁS EVITAR RECORDAR LA PRIMERA PARTE
-
CHIARA FERRAGNI COMPARECE POR EL “PANDORO GATE”: DEL GLAMOUR A LOS TRIBUNALES
-
EL REY CARLOS III ARRODILLA A BECKHAM: ASÍ SE CONVIERTE EN SIR DAVID


