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LABRADOR EXPULSADO DE LA CASA DE LOS GEMELOS 2, POR UNA BRUTAL AGRESIÓN

La Casa de los Gemelos ha conseguido algo que parecía imposible: volver a enganchar al público con un tipo de reality que ya casi no se hace. Con convivencia real, tensiones de verdad, personajes incómodos y esa sensación de “esto puede pasar en cualquier momento” que tanto echábamos de menos. Es entretenimiento puro, del que te hace quedarte un rato más delante de la tele.

Y precisamente por eso está funcionando.

El problema es que este tipo de formatos, si no se miden bien, pueden irse de las manos. Y lo ocurrido con Labrador en esta segunda edición es la prueba más clara de que ese equilibrio no siempre se está controlando como debería.

La expulsión disciplinaria del concursante llega tras unos comportamientos que nada tienen que ver con el conflicto televisivo ni con el juego. Cuando se cruza la línea del respeto, cuando aparecen actitudes homófobas y tránsfobas, el reality deja de ser entretenimiento para convertirse en algo inaceptable. Y ahí no hay debate posible.

Desde Stalkeando.es lo decimos alto y claro: entendemos el valor de este formato, celebramos que vuelva una televisión más cruda, más directa y menos edulcorada… pero eso no puede servir de excusa para normalizar agresiones de ningún tipo, ni físicas ni verbales.

El caso Labrador demuestra que La Casa de los Gemelos necesita más moderación. No para perder su esencia, sino precisamente para conservarla. Porque el reality engancha cuando hay tensión, estrategia y choques de personalidad, no cuando se cae en el insulto, el odio o el desprecio.

La organización ha reaccionado con una expulsión fulminante, una decisión necesaria y correcta. Pero también deja en evidencia que este tipo de formatos necesitan límites claros y aplicados a tiempo, antes de que la televisión vuelva a cruzar fronteras que creíamos superadas.

Nos gusta que este reality recupere una forma de entretenimiento que se había perdido. Nos gusta que no sea plano, ni blando, ni aburrido.

Pero condenamos sin matices las conductas homófobas y tránsfobas y cualquier agresión que no debería tener espacio ni dentro ni fuera de la pantalla.

Porque hacer buena tele no es solo provocar.
También es saber cuándo parar.

(S)TALKEANDO