En un Black Friday donde todo el mundo grita “COMPRA YA”, Castañer ha decidido hacer justo lo contrario: cerrar. Sí, como lo lees. Este 28 de noviembre la firma mediterránea de alpargatas artesanales apagará sus luces, bajará persianas y desconectará su tienda online como gesto de protesta y reivindicación.
La marca lo tiene claro: “No existe Black Friday que se ajuste a nuestra forma de ser”. Y este año han llevado ese mensaje más lejos que nunca.
UN PLANTÓN FRENTE AL CONSUMO MASIVO
Por tercer año consecutivo, Castañer rechaza participar en la locura del Black Friday. Pero esta vez, su postura sube de nivel: cerrarán todos sus puntos de venta, tanto físicos como digitales.
Una acción potente que marca distancia frente al consumo compulsivo y que reivindica su ADN: artesanía real, sostenibilidad y respeto absoluto por los tiempos naturales de producción.
UN MENSAJE CLARO: ARTESANÍA VS. VELOCIDAD
En sus propias palabras, la marca recuerda que no hay Black Friday que compense su trabajo artesanal, su compromiso con lo natural, el cuidado del detalle y ese “slow-made” que lleva casi 100 años formando parte de su identidad.
No fabrican deprisa. No fabrican en masa. Y no van a sacrificar su forma de entender la moda por un día de descuentos.
UNA MARCA QUE MIRA AL FUTURO SIN OLVIDAR SU ORIGEN
Castañer nació en 1927, cuando Luis Castañer y Tomàs Serra fundaron el primer taller y empezaron a trabajar el yute como solo ellos saben. Hoy, quince manos artesanas intervienen en cada par de alpargatas, y su sello sigue siendo tan auténtico como entonces.
En los años 70 entraron en la historia de la moda de la mano de Yves Saint Laurent, creando la primera cuña de yute.
Ahora están presentes en 20 países, con 30 tiendas y más de 900 puntos multimarca. Y aun así, mantienen un pie en lo esencial: artesanía, calma y autenticidad.
UNA REIVINDICACIÓN EN MITAD DE LA LOCURA DEL BLACK FRIDAY
Mientras casi todas las marcas compiten por ver quién lanza el mayor descuento, Castañer se desmarca con un gesto que es casi un susurro… pero que suena más fuerte que cualquier promoción:
Hacer menos. Hacerlo mejor. Y hacer solo lo que tiene sentido para su forma de crear.
Un recordatorio en plena fiebre consumista de que la moda también puede ir de bajar el ritmo y volver al origen.
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