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CAN VELLA: EL SECRETO MEJOR GUARDADO DEL OTOÑO IBICENCO

El otoño en Ibiza tiene otro ritmo. Baja el volumen, se apaga la fiesta y la isla muestra su cara más auténtica. Entre el rumor del mar y el olor a leña, Can Vella se ha convertido en el restaurante imprescindible de la temporada: una casa payesa frente al mar donde el fuego, el producto local y la calma son los protagonistas.

UNA CASA FRENTE AL MAR DONDE EL TIEMPO SE DETIENE

Ubicado en el paseo marítimo de Santa EulaliaCan Vella es la última joya gastronómica del Grupo Papúa, un refugio mediterráneo pensado para disfrutar sin prisa. Aquí no hay postureo ni artificios: solo brasas encendidas, producto honesto y una cocina que huele a verdad.

La propuesta gira en torno al fuego de encina y naranjo, donde los pescados salvajes, las carnes nobles y los vegetales locales se transforman en platos que rinden homenaje a la tradición balear.

EL SABOR DEL MEDITERRÁNEO MÁS PURO

La carta de Can Vella es una oda al kilómetro 0 y a la cocina con raíces. Desde un arroz negro de calamar a la brasa hasta un bogavante nacional con huevos fritos y patatas panaderas, cada plato celebra la sencillez y la intensidad del producto bien tratado.

El chef apuesta por una cocina sin disfraces, donde el respeto por el ingrediente manda. “Queríamos crear un lugar donde la cocina se entienda desde la honestidad, sin disfrazar el producto, celebrando lo local con cariño y respeto”, explica Noel Duque, cofundador del grupo.

BRASAS, PRODUCTO Y AUTENTICIDAD

La brasa de encina es el corazón del restaurante. En ella se cocinan algunos de los platos más celebrados del año en la isla: la ensaladilla rusa con mejillones en escabeche caseros, los buñuelos de bacalao semilíquidos o el carpaccio de picanha madurada con yema y trufa.

Entre los imprescindibles destacan el lomo de lubina y la dorada entera a la brasa, los mejillones a la marinera y el gambón al ajillo, sencillos pero irresistibles. Y para los más carnívoros, cortes como el cañón de vaca vieja madurado 80 días, el lomo bajo de Angus nacional 150 días o el T-bone de frisona, cocinados siempre sobre fuego vivo, sin artificio.

UN OTOÑO PARA SABOREAR SIN PRISAS

Con 423 metros cuadrados de espacio diáfano en una casa ibicenca restaurada y una vista directa al mar, Can Vellaencarna la esencia del nuevo otoño en Ibiza: serenidad, autenticidad y sabor.

Lejos del ruido y las multitudes del verano, el restaurante se ha convertido en el punto de encuentro de locales y viajeros que buscan reconectar con la isla desde la calma. Además, ofrece un menú de mediodía por 22,50 € que mantiene la misma filosofía de calidad y producto, ideal para disfrutar del Mediterráneo más honesto.

(S)TALKEANDO