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PALOMA SAN BASILIO: UNA DESPEDIDA DE ALTURA EN EL CORAZÓN DEL CASTILLO SOHAIL

Si en nuestro anterior paso por el Marenostrum ya creíamos que la experiencia no podía mejorar, ayer nos demostraron que sí. Esta vez no solo disfrutamos de la impecable organización y el ambiente único que ya conocemos, sino que además lo hicimos dentro del Castillo Sohail, un paraje espectacular que parecía hecho a medida para la protagonista de la noche: Paloma San Basilio.

La diva española llegó con su gira de despedida, un “hasta siempre” lleno de gratitud por todos estos años de música y arte. Y aunque el paso del tiempo es inevitable, Paloma sigue siendo Paloma: con esa voz inconfundible que te eriza la piel, con ese magnetismo que no se puede fingir y con una elegancia que no entiende de edades.

El público, completamente entregado, vivió momentos de pura emoción. Especialmente cuando sonó “No llores por mí Argentina”, instante en el que el castillo entero contuvo la respiración y las lágrimas se mezclaron con aplausos.

A sus 74 años, Paloma nos enseñó lo que todos quisiéramos ser cuando lleguemos ahí: una SEÑORA en mayúsculas, con un estilazo impecable, energía para marcarse unos pasos de baile dignos de ovación y la clase de artista que se despide en lo más alto, dejando claro que su esencia no se ha ido ni se irá.

Una noche mágica, un lugar de ensueño y una artista irrepetible. Así es como se escribe la historia en Marenostrum.

(S)TALKEANDO