Frank Blanco se ha sincerado por fin sobre su salida de Zapeando, y la historia no es tan “amistosa” como muchos pensaban. Aunque durante años se vendió como una despedida pactada y tranquila, el presentador ha confesado que no fue cosa suya marcharse del programa.
En su propia versión, Frank ha dejado claro que la decisión de que se fuera no fue suya en absoluto. Es más, ha contado que si hubiese dependido del equipo del programa, lo habrían echado de un día para otro. Según él, hubo un momento en el que, si se hubiera seguido el plan de la cadena, ese mismo día habría presentado por última vez.
Así, se desmonta la imagen de un relevo tranquilo en el que Frank se iba “porque tocaba cerrar etapa”. Al contrario: le comunicaron que tenía que dejarlo, y no precisamente con mucho margen. De hecho, ha explicado que él tuvo que negociar para seguir un tiempo y darle un cierre más digno a su participación en el formato.
Con estas declaraciones, el que fuera uno de los rostros más icónicos de la sobremesa televisiva deja claro que su salida no fue tan voluntaria como parecía. Un giro inesperado para quienes pensaban que simplemente se había cansado del programa o quería nuevos proyectos.
Sea como sea, Frank Blanco ha preferido contar su verdad seis años después, dejando claro que en la tele no todo es tan idílico como se pinta. Y que incluso cuando parece que se va uno por su propio pie… a veces te están invitando a la puerta.
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