REVIEW: EL JUEGO DEL CALAMAR T3, LA SERIE MAS MORTAL VUELVE A SU ESENCIA 

La tercera temporada de El juego del calamar se estrenó el pasado 27 de julio y, como buenos maratonianos del salseo audiovisual, ya nos la hemos visto de un tirón para contarte qué tal.

Spoiler (sin destripes concretos): ha sido un subidón respecto a la segunda, pero la fórmula ya no impacta como antes.

Y es que hay que decirlo: la primera temporada fue un bombazo mundial con razón. Era violenta, imprevisible, con crítica social y juegos retorcidos que se te quedaban grabados. La segunda, en cambio, fue el clásico “quiero y no puedo” que nos dejó con más bostezo que tensión.

Esta tercera entrega parece haber escuchado las críticas y recupera parte de la chispa. Sobre todo porque han recortado la duración eterna de algunos juegos y se nota el esfuerzo por mantener el ritmo.

El mejor ejemplo es el juego del escondite: una barbaridad a nivel de decorados, atmósfera y tensión. De los momentos más sólidos de la temporada.

También destaca muchísimo el juego de la comba: vuelve la icónica muñeca gigante y se marca uno de los momentos más espectaculares y visualmente reconocibles de la serie. Ahí sí que dijimos: vale, esto es el Juego del Calamar que queríamos.

Eso sí, no todo nos ha encantado. El último juego (no vamos a spoilear la mecánica) se siente flojo. Aunque intenta ser emotivo, con carga personal y drama para los personajes, nos ha parecido bastante aburrido en pantalla. Le faltó chispa, tensión y ese terror retorcido que tanto vendía la serie al principio.

El desenlace, por su parte, nos ha gustado más: cierra bien todas las historias personales, pero deja la puerta abierta para seguir exprimiendo la franquicia. Ojo al guiño final: parece que el próximo torneo mortal se muda a Los Ángeles, prometiendo un nuevo escenario para futuras temporadas.

Mención especial para Cate Blanchett, cuya aparición final es de esas que te hacen aplaudir y que probablemente sea la gran baza de marketing de cara a lo que venga.

En resumen: la T3 del Juego del Calamar no alcanza la potencia de la primera, pero mejora mucho el nivel de la segunda. Tiene capítulos que son puro espectáculo, pero también momentos en que se le notan las costuras. Para fans de la saga: indispensable. Para curiosos: entretenida, pero ya no es la serie que revolucionaba el streaming.