loader image

VIOLETA MANGRIÑAN RESPONDE A LAS CRÍTICAS POR SU FÍSICO TRAS SU PORTADA EN WOMEN´S HEALTH: «HACE 6 AÑOS SUFRÍ PROBLEMAS ALIMENTICIOS (…) ME ARREPIENTO DE HABERLO COMPARTIDO”

La imagen de Violeta Mangriñán en la última portada de Women’s Health ha generado una oleada de comentarios en redes sociales. Y no precisamente positivos.

Bajo una imagen en la que la influencer aparece posando en ropa deportiva, los comentarios comenzaron a multiplicarse: que si está demasiado delgada, que si tiene mal aspecto, que si “eso no es salud”.

Lo que parecía una celebración de esfuerzo y constancia ha terminado convirtiéndose en otro episodio más de juicio público sobre el cuerpo ajeno.

EL CUERPO DE UNA MUJER COMO DEBATE NACIONAL

A estas alturas, no debería sorprender que el físico de una mujer expuesta públicamente acabe siendo diseccionado por desconocidos con total impunidad. Pero lo de Violeta ha ido más allá del simple hate. Ha sido un linchamiento disfrazado de preocupación, con comentarios cargados de prejuicios, desconocimiento y gordo/flacofobia a partes iguales.

“Qué pena verte así.”
“Eso no es saludable.”
“Se te ha ido de las manos.”
“Te has pasado con el gym.”

Comentarios de este tipo se pueden leer, literalmente, en su última publicación de Instagram. Y aunque Violeta está más que acostumbrada a exponerse, esta vez decidió no callar.

LA RESPUESTA DE VIOLETA: DURA, CLARA Y NECESARÍA

Horas después de la publicación, Violeta subió una serie de stories en los que respondía directamente a quienes han criticado su cuerpo. Y lo hizo sin filtro: habló de sus problemas alimenticios, de su lucha durante seis años contra la anorexia, y del proceso que le ha llevado hasta donde está ahora.

“No tenéis ni idea de lo que he pasado. He estado enferma, he tenido anorexia, y no, no me habéis visto así antes. Porque ahora estoy sana.”

Una frase que marca la diferencia. Porque detrás de esa imagen en portada hay historia, dolor, recuperación, trabajo físico y mental. No es una pose, ni un “ideal”, ni una campaña. Es su cuerpo, en su momento actual. Y reducirlo a una opinión superficial sobre su peso es, como mínimo, una falta de respeto.

Screenshot

LA SALUD NO SE MIDE EN LIKES (NI TALLAS)

El problema no es nuevo. Cada vez que una mujer conocida cambia físicamente, ya sea ganando músculo, peso o perdiéndolo, las redes se llenan de médicos improvisados, moralistas estéticos y haters camuflados de “preocupados”. Pero cuando esa mujer ha hablado públicamente de sus trastornos alimenticios, la cosa toma otro nivel.

Se puede estar de acuerdo o no con una portada, con un estilo de entrenamiento o con una dieta concreta. Lo que no se puede hacer es invalidar un proceso de recuperación con un comentario de dos líneas y cero empatía.

EL FOCO DEBERÍA ESTAR EN OTRA PARTE

Violeta ha dejado claro que no busca la aprobación de nadie, pero también ha reconocido que no es de piedra. “A veces me gustaría no leer nada”, dijo entre lágrimas en sus stories. Porque, aunque esté acostumbrada a la exposición, sigue siendo una mujer joven enfrentándose a los mismos miedos e inseguridades que muchas otras.

Y mientras eso pasa, el foco sigue desviado. No se habla de la portada como un símbolo de constancia o superación. Se habla de si su cara ha cambiado, si ha perdido curvas o si parece más o menos atractiva según el estándar de turno.

¿HASTA CUANDO VAMOS A SEGUIR OPINANDO SOBRE CUERPOS AJENOS?

La polémica en torno a Violeta no va de si estás a favor o en contra del culto al cuerpo, del fitness o de las portadas “aspiracionales”. Va de respetar procesos personales. De dejar de pensar que, porque alguien es público, su cuerpo es una carta abierta para la crítica.

Nadie sabe qué hay detrás de una foto. Pero todos sabemos lo fácil que es comentar sin pensar. Y quizá, después de ver cómo ha tenido que salir a defenderse Violeta, deberíamos empezar a pensar un poco más antes de darle al “enviar”.

En Stalkeando.es lo tenemos claro: el cuerpo de una mujer no es una portada para el debate. Es suyo. Y punto.

(S)TALKEANDO